Viajera y escurridiza la partitura de Motecuhzoma II de Vivaldi

Viajera y escurridiza la partitura de Motecuhzoma II de Vivaldi 

  • El Motecuhzoma II de Vivaldi había sobrevivido a duras penas; la partitura estaba mutilada, le faltaba el tercer acto y 11 de 22 árias.

Antes de llegar a manos del mexicano Samuel Máynez, la partitura de Motecuhzoma II estuvo dando muchass vueltas por Europa, para comenzar la ópera se estrenó en noviembre de 1733 en Venecia, fue la primera y última vez que se representó.

Después, el manuscrito original se perdió. Pero una copia llegó a la Academia Coral de Berlín, en cuyas bóvedas se guardó durante siglo y medio. Durante la segunda guerra mundial, con los bombardeos aliados sobre la capital, Joseph Goebbels, dirigente de la propaganda nazi, decidió evacuar a toda prisa los tesoros a un castillo de Polonia.

Allí los encontraron los tanques del Ejército Rojo en su avance hacia Alemania. Las más de 55.000 páginas de manuscritos de música barroca y rococó fueron trasladadas a un conservatorio en ruinas en Kiev.

Pasaron los años y musicólogos de todo el mundo empezaron a rastrear el acervo perdido sin éxito. A finales de los noventa, la ciudad ucrania organizó un concierto de flauta compuesto por un hijo de de Johann Sebastian Bach. Este evento puso en sobreaviso a un grupo de musicólogos de la Universidad de Harvard, quienes viajaron a Ucrania, en el momento en que tuvieron el manuscrito, lograron ver el sello de la Academia Coral de Berlín. El tesoro perdido estaba allí.

Para el año 2002 se devolvió el acervo a Berlín donde los estudiosos empezaron a desempolvar las partituras. El Motecuhzoma II de Vivaldi había sobrevivido a duras penas; la partitura estaba mutilada, le faltaba el tercer acto y 11 de 22 árias.

 

Con información de El País.