Un Elefante Sentado y Quieto - Da xiang xi di er zuo

“Un Elefante Sentado y Quieto

(Da xiang xi di er zuo)”

La luz en la oscuridad.

 

En 2017, una noticia acaparaba los titulares del cine mundial, el escritor y director chino Hu Bo se había suicidado a la edad de 29 años. Su muerte ocurría poco después de culminada la postproducción de su primer y único largometraje: “Un Elefante Sentado y Quieto”.

En una ciudad superpoblada del norte de China, donde la industrialización se hace omnipresente, las vidas de cuatro personas se entrelazan a partir de sucesos trágicos, razón que los llevará a buscar una escapatoria o al menos soñar con ella.

Elefante sentado

Un delincuente local que mantiene una relación con la esposa de su mejor amigo, cuyo descubrimiento provoca el suicidio del último y la huida del primero; un adolescente problemático que es rechazado por sus padres y finalmente expulsado de su hogar; una chica que sostiene un romance con el amante de su
madre y un anciano al que su hijo desea internar en un geriátrico y que sólo encuentra cariño en su perro.

La cámara sigue sólo un día en la vida de estas cuatro almas que comparten como común denominador la tristeza que les invade. A lo largo de su vida tomaron decisiones cuyas consecuencias se hacen presentes ahora, en una sociedad que los rechaza y no les ofrece nada más que las miserias que han obtenido hasta el día de hoy.

En el rostro de los actores podemos identificar un elemento que se repite constantemente, una mirada fija y perdida en el horizonte, expresión quizás de un futuro lejano, invisible pero mejor que mirar al rededor, al presente donde sólo encuentran altos edificios de concreto y una niebla gris que lo envuelve todo, así
como el reflejo de su existencia atrapada en una espiral de sufrimiento y culpa.

Largos planos secuencia nos acercan al nostálgico ir y venir de los cuatro personajes, entendemos el hartazgo de su vida rutinaria y sus ansias de cambio.

Aunque esto nos proporciona magníficas postales que nos enseñan la insignificancia de la individualidad en la industrialización de un país con un sistema político-económico que no termina de definir, también extiende la duración de la película, no siempre justificable.

Los cuatro al llegar al límite de la humillación que han podido soportar, cargando con un pasado que pesa más que las mochilas que llevan consigo ven una luz en el monocromático gris que les nubla el futuro y les esconde los caminos. Su esperanza es ver un elefante en una ciudad cercana que como cuentan popularmente permanece sentado todo el día ignorando todo a su alrededor.

Elefante sentado

Como el animal que da título al filme, ellos buscan permanecer sentados y quietos, mirando hacia un futuro sin sufrimiento, hallando la paz que no pudieron encontrar en el sitio que les vio nacer.

Pero la realidad pronto se encargará de recordarles que el poder alcanzar los sueños no es para todos, que no se puede borrar el sufrimiento, que no se puede cambiar el pasado.

Quizás en el ocaso de la vida se quiera cambiar el destino que se nos ha asignado en el mundo, aunque terminemos derrotados, tal vez exista esperanza para los jóvenes y ellos puedan hacer lo que no lograron los mayores, con la advertencia