Migrantes

Migrantes

 

1. adj.Que migra. Apl. a pers., u. t. c. s.

 

La mayoría de las especies de las aves pasan gran parte de su vida moviéndose de lugar en el que vive, ya sea por búsqueda de alimento, debido a cambios en su zona demográfica, buscando mejores condiciones climatológicas para, a su vez, poder reproducirse o mantenerse a salvo en lugares más cálidos en tiempos de invierno.

Nosotros los humanos, también, desde el inicio de nuestra existencia como especie primitiva, nos pasamos la vida yendo de lado a lado tratando de encontrar un lugar en el que nos sintamos menos aves, y más como árboles.

Así que en ese afán aprendimos con los años que, propiciando ciertas condiciones en una semilla, podíamos tener alimento y empezar a ser sedentarios. Entonces sembramos y aprendimos a cazar, luego, construimos casas en las que nos escondíamos de los otros depredadores y criamos a nuestros hijos. Construimos ciudades y civilizaciones enteras; estábamos dejando de ser aves sin alas.

Con el tiempo, nos empezamos a preguntar qué había más allá de ese gran cúmulo de agua, más allá de los campos y montañas que rodeaban nuestras ciudades. Nos volvimos migrantes de nuevo, con el puro fin del descubrimiento para luego poseer eso que no sabíamos que existía más allá de nuestras antiguas fronteras. Nuestras ciudades también migraron.

Con el paso de los siglos aprendimos a crear asentamientos lo suficientemente sustentables para quienes habitan dentro de ellos, hoy día, la migración es mucho más compleja respecto a los años anteriores, pero con el mismo fin de siempre, una mejor vida.

En Siria, miles de personas han salido del país a causa de la guerra, en el año 2016 la cifra de personas que habían escapado de Siria era ya mayor a cinco millones y contando, con unas 600 000 personas saliendo a diario hacia países vecinos, y algunos otros tomando el valor de cruzar el océano en balsas.

Recientemente personas provenientes, en su mayoría, de Honduras salieron en enormes caravanas con dirección a los Estados Unidos de América pasando por nuestro país con el fin de encontrar mejores condiciones de vida que las que hay en su nación, hecho que causó una enorme polarización entre las opiniones de los residentes de México, mientras que nuestro vecino del norte se dedicó a poner barricadas humanas de policías a lo largo de puntos específicos de la frontera para evitar la entrada de indocumentados.

Los últimos meses, varias poblaciones del estado de Guerrero se han visto obligadas a abandonar completamente sus casas por un fenómeno que está desbordado en dimensiones dantéscas, el narco. Algunos son desplazados debido a la lucha entre cárteles por el control de los sembradíos de amapola, otros, por la toma de poblados completos para usarlos como campos de adiestramiento para sicarios, ambos hechos ignorados completamente por todos los niveles de gobierno que, evidentemente, se han visto superados por éstas organizaciones.

En el mejor de los casos, uno se va porque quiere y porque tiene las posibilidades para hacerlo, pero evidentemente con el mismo fin que todos los anteriores, una mejor condición de vida.

Cuando era pequeño, uno de mis mejores amigos, que vivía justo al lado de mí en uno de esos complejos de Infonavit, de la nada tocó la puerta acompañado de su mamá, ambos con los ojos llorosos, ella (su madre) le dijo a mamá (la mía) que tenían que irse porque su esposo había sido amenazado de muerte por unos hombres. Tenía más o menos 8 años de edad, dos más que mi amigo, y en ese entonces no entendíamos del todo qué era lo que estaba pasando, sólo sabía que mi amigo se iba. Hace 18 años que no lo he vuelto a ver desde entonces.

Muchas veces, nos olvidamos que ser migrante no es únicamente salir del país en el que nacimos, también es dejar nuestro pueblo para ir a la ciudad, nuestra playa para irnos a las montañas, es también, ser viajero constante (en el más idóneo de los casos) para descubrir qué es lo que hay más allá de nuestros hogares.

En una sociedad que pareciera que cada vez se parte más a pedazos y se divide, es muy difícil imaginarnos como un todo en éste momento de la historia, y esa idea hippiosa de vivir sin fronteras y ser todos parte del uno se ve como algo demasiado romántico para nuestro frío capitalismo.

El número de migrantes internacionales a nivel global ascendió en la actualidad a 272 millones, un registro que indica un incremento de 51 millones de personas desde el año 2010.

Pese a que el número de migrantes internacionales en todo el mundo representan una proporción bastante pequeña respecto a la población total, esta ha aumentado del 2,8% en 2000 al 3,5% en 2019, lo que significa que en los últimos años el número de migrantes internacionales ha crecido más rápidamente que la población mundial.

Con el tiempo, y sobre todo con mucha esperanza, lo gobiernos (al menos los latinoamericanos) tendrán que centrarse de lleno en reducir la alta taza de migrantes de sus países y asegurar las condiciones óptimas de vida de los habitantes para evitar que nos volvamos una población de aves que vuelan bajo el sol con la esperanza de encontrar un mejor nido para nuestros polluelos.

 

Foto de portada: Iván Ortiz

ivan@adncultura.org