En esta región denominada por los guerrerenses "La Montana", al querer aterrizar en el campo aéreo de Tlapa, estuvimos a punto de chocar con las líneas telefónicas instaladas recientemente, que el piloto no había visto con anterioridad o se había olvidado de que las habían tendido, lo cierto es que, afortunadamente, alcanzó a verlas poco antes de chocar contra ella dando un brusco ascenso.