Lennon y El Guardián entre el centeno

Lennon y El Guardián entre el centeno.

 

Cuando J.D. Salinger vio el nacimiento de su obra en el año de 1951, probablemente no pasó por su mente que el 8 de diciembre de 1980 éste pasaría a la historia como la obra que inspiraría a Mark Chapman para silenciar a una de las voces más poderosas que jamás haya escuchado el mundo.

Luego de esperar durante aproximadamente cinco días en las afueras del edificio Dakota en Nueva York, lugar en donde vivía Lennon en compañía de Yoko Ono, Chapman se acercó para pedir la firma del álbum Double Fantasy (1980), seguido de estrechar la mano del cantante y compositor, disparó contra él cuando se alejaba por la entrada del edificio para dirigirse a descansar. Cuatro balas perforaron su espalda y uno más, ya estando en el suelo, en el pecho de Lennon. 

Chapman sería detenido y argumentaría un desequilibrio mental en prisión, aun así, fue condenado a cadena perpetua por la corte por asesinato. Aquella noche, Mark Chapman llevaba entre su abrigo una copia de "El guardián entre el centeno" de J.D. Salinger.

Tras efectuar los disparos, el hombre de 25 años quedó inmóvil y sosteniendo el arma calibre .35 con una mano. José, el conserje del Dakota, le sacudió el brazo hasta que el revolver cayó y le preguntó si era consciente de lo que había hecho. “¡Sí! ¡Disparé contra el señor Lennon!, respondió. Al preguntarle por qué lo hizo, dijo que "una voz en la cabeza me decía: ‘¡hazlo, hazlo!’” y que después de los disparos sintió “como si la cinta de la película se hubiera roto”.

Chapman dijo que veía a Lennon como uno de esos niños que se describen cerca del final del libro, uno de esos que se dirigen directo hacía el abismo, creía que al asesinarlo, lo salvaría de las perturbaciones del mundo y que, así, perviviría su inocencia. Tras cometer el asesinato, Chapman leyó El guardián entre el centeno hasta que llegó la policía; en el libro, había escrito «mi confesión» y lo firmó como Holden Caulfield.

Al día de hoy, a 39 años de el asesinato de John Lennon,existen ciertas teorías que argumentan que Chapman era una especie de agente encubierto de la CIA que le ordenaron hacerse pasar por un enfermo mental fanático del músico y asesinarlo. 

Es irónico que una de las voces más importantes a favor del movimiento pacifista y antibélico fuera asesinado con tanta violencia, el hombre que pedía "una oportunidad para la paz" fue ultrajado cobardemente, y el mundo aun lloramos su partida.

Seguramente no existirá de nuevo entre nosotros un artista con la capacidad tanto musical como espiritual que transmita de manera tan fuerte y sincera un mensaje como el que perseguía Lennon. Sin lugar a dudas, en tiempos como los que vivimos, en los que pareciera que el mundo cada vez se encuentra más dividido, fracturado y lastimado socialmente, es cuando aparentemente más falta nos hace una voz como la de Lennon, una voz que nos recuerde que somos uno, que vivimos bajo el mismo cielo todos, que no deberían de existir fronteras o guerras que nos separen como especie humana, que todos deberíamos caminar hacia el mismo sitio, y tratar de hacer lo que John y Yoko predicaban como su bandera "Give peace a chance".

Hoy recordamos con nostalgia a uno de los músico más prodigiosos e indudablemente influyentes para más de una generación, una voz que fue apagada, pero su mensaje se mantiene tan vivo como su música, un mensaje que con el paso de los años pareciera cobrar más sentido, más fuerza y más conciencia.

Al mundo le hace falta Lennon.

Hoy más que ningún otro día.

Te extrañamos incluso los que no vivimos en tu tiempo.

 

ivan@adncultura.com