La Novena de Beethoven vibro en la Arena Ciudad de México

La Novena de Beethoven vibro en la Arena Ciudad de México

El pasado domingo, el norte de la capital del país se estremeció con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), que con la batuta de su director artístico y titular Scott Yoo, quien evocó ante más de 10 mil personas reunidas en la Arena Ciudad de México, el espíritu musical del compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827), al interpretar su Novena y última sinfonía, para comenzar la celebración en la urbe del 250 aniversario de su natalicio.

Arena

“Beethoven atrae a mucho público y la gente quiso participar en este gran concierto con el que se inician en la ciudad los festejos por su natalicio", mencionó José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, momentos antes de la presentación donde lució la potencia vocal de María KatzaravaCarla López-SpezialeDante AlcaláCarsten Wittmoser y el Coro Filarmónico Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El público presente en el concierto fue de todas las edades, quienes disfrutaron del concierto de manera gratuita de la Sinfonía No. 9 en re menor, op. 125, Coral, emblemática pieza del genio de Bonn, que marcó un nuevo paradigma musical al integrar un coro por primera vez en la forma sinfónica. En su interpretación con la OFCM, una de las orquestas más importantes de México y América Latina, arrebató el aplauso prolongado de la audiencia que consideró la histórica presentación como un gran inicio del año de Beethoven en la capital.

El máxima sonoridad llegó con la ejecución del cuarto y último movimiento, el “Himno a la alegría”, basado en la obra poética Oda a la alegría, del escritor alemán Friedrich Schiller, que transmitió gran emoción a los asistentes, en especial por las voces de la soprano María Katzarava, la mezzosoprano Carla López-Speziale, el tenor Dante Alcalá y el bajo Carsten Wittmoser, en compañía del Coro Filarmónico Universitario de la UNAM.

La Novena de Beethoven 

Compuesta entre 1822 y 1824, durante la última década de vida del autor y bajo su irreversible sordera, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2001.

La OFCM, con sede en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, continuará acercando la música clásica a otros espacios de la Ciudad de México. Sus próximos conciertos serán el 8 y 9 de febrero en el Templo de Santo Domingo y en el Centro Cultural Roberto Cantoral.