Beethoven en Casa

Beethoven en Casa

 

Creo que a los aficionados a la música les pasa lo que a los aficionados a los libros (que muchas veces son los mismos), siempre tienen pendiente un disco que oír o un libro que leer. Recuerdo que en alguna ocasión hablando de esto con Taibo I y II, contábamos de “la pila”, la pila de libros que cada uno tenía en su respectiva cabecera porque eran los que “había que leer”, y no acababan nunca. No importa que hicieras, la bendita pila allí seguía y muchas veces más que disminuir aumentaba. Supongo que en el cielo de los escritores donde seguramente está, Taibo I seguirá teniendo su pila porque aquí, el II y yo seguimos con la nuestra que espero disminuya aunque sea un poco con esto de la cuarentena. Pues bien, lo mismo sucede con los discos, con el agravante de que a estos se le suman los videos y no hay manera de que la pila sonora se acabe sino al contrario, cada día crece y crece y no hay forma de escuchar ni ver todos y, claro, menos aún degustarlos una y otra vez como en algunos casos nos gustaría hacerlo.

Sin embargo, como bien reza la sabiduría popular, no hay mal que por bien no venga, y el caso es que, a querer o no, vamos a pasar más tiempo en casa que el que acostumbramos, por lo que es ocasión de tratar de bajar así sea un poco la tal pila sonora que, estoy seguro, usted tiene en casa. Y como la tienen y los gustos son tan diversos como individuos somos en el planeta, no me atreveré a decir que oír pero si a insinuar algunas cosas que de acuerdo a sus preferencias puede aceptar, adecuar, modificar un poco o francamente mandar a volar sin consideración ninguna.

Coincide que estamos celebrando mundialmente los 250 años del nacimiento de Beethoven y yo, beethoveniano que soy, no puedo sino sugerir que escuche de él lo más que pueda. Ya sabemos que con los discos pasa lo que con los libros, cada vez que los leemos o escuchamos encontramos algo nuevo, la mayoría de las veces algo que nos gusta más. ¿Hace cuánto tiempo que no se sienta a auténticamente escuchar las 9 sinfonías de este gigante musical? En los últimos meses seguramente escuchó una que otra en las salas de concierto y seguramente también alguna interpretación le gustó más que otra; incluso es posible que haya escuchado la misma con dos o hasta tres conjuntos diferentes y haya hecho comparaciones pero, el ciclo completo, ¿desde cuándo no lo oye? Entre su primera sinfonía, 1800, y su última, la novena, hay 24 años de intensa vida y creación. El Divino Mozart y el clasicismo están aún muy presentes en la primera; la última es un estallido. Las formas vuelan por los aires y el final es la apoteosis, nunca antes un coro había cantado en una sinfonía. La voz humana, ese maravilloso instrumento natural, jamás había tenido presencia en esas composiciones. Pero aquí irrumpe y ¡en qué forma! Por primera vez en la historia de la creación humana, la voz solista y colectiva cobra tan gigantesca dimensión sinfónica. Una vez más, porque que la estoy oyendo, no puedo evitar el llanto, perdón.

¿No cree que estas sinfonías, música alada, son algo bueno para escuchar en casa?

Por Raúl Díaz, periodista y crítico musical.